Mel Zelaya y la clase política reciben advertencia de pastor evangélico en crisis institucional

En un entorno de creciente división y falta de confianza en las instituciones a pocos meses de las elecciones generales, el presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, Gerardo Irías, lanzó una declaración dirigida a los líderes políticos del país, con un mensaje especialmente centrado en el coordinador del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), Manuel Zelaya Rosales.

Desde su posición como líder del ámbito religioso, Irías solicitó a los políticos que no desafíen «la voluntad divina» ni los fundamentos democráticos que guían la vida pública del país. Este pronunciamiento ocurre en un contexto caracterizado por acusaciones de fraude electoral, conflictos institucionales y manifestaciones ciudadanas impulsadas por varios grupos, entre ellos la iglesia evangélica.

Un llamado desde el liderazgo religioso

Durante su intervención pública, Irías advirtió sobre las consecuencias de anteponer intereses partidarios al respeto por la soberanía popular y al orden constitucional. En palabras del dirigente religioso, aquellos que insistan en manipular los procesos democráticos “cosecharán lo que siembren” y podrían perder su legitimidad moral tanto ante el pueblo como ante Dios.

El líder evangélico subrayó que el momento actual exige responsabilidad y moderación por parte de los políticos, exhortándolos a actuar con ética y apego a los valores espirituales y democráticos. “No desafíen la voluntad de Dios ni la democracia de Honduras”, expresó en un mensaje replicado ampliamente en medios tradicionales y redes sociales.

Contexto de creciente tensión política

El discurso de Irías ocurre en un contexto de inestabilidad caracterizado por el bloqueo institucional, las acusaciones mutuas entre partidos políticos y una sensación generalizada de desconfianza hacia el proceso electoral en marcha. La petición de la Confraternidad Evangélica se une a las cada vez más numerosas voces que exigen transparencia, paz social y garantías democráticas.

El mensaje adquiere relevancia al dirigirse a un actor clave como Manuel Zelaya, exmandatario y actual coordinador de LIBRE, quien mantiene un papel influyente en la estructura del poder político y en la conducción de la agenda oficialista. Sin embargo, la advertencia también fue extendida a la totalidad de la clase política, sin distinción de siglas, urgiendo a todos los sectores a deponer actitudes confrontativas y a respetar el veredicto de las urnas.

Exigencia ética en el proceso electoral

En su pronunciamiento, Irías reiteró que cualquier intento de manipulación electoral no solo afecta el sistema político, sino que también representa, desde su perspectiva, una trasgresión a los principios espirituales que sustentan la convivencia pacífica. En ese sentido, la iglesia evangélica ha insistido en que los líderes deben actuar conforme a una guía moral y no bajo intereses personales o de partido.

El posicionamiento de la Confraternidad Evangélica se enmarca en un panorama más amplio de presión social e internacional para garantizar condiciones mínimas de legitimidad democrática en Honduras. A medida que se acercan los comicios, sectores de la sociedad civil y organizaciones religiosas han intensificado su vigilancia y llamado al respeto institucional, ante el riesgo de un agravamiento de la crisis política.

Conflictos que desafían la estructura institucional

El pronunciamiento del pastor Irías evidencia el papel creciente que desempeñan las organizaciones religiosas como actores de contrapeso moral en un escenario político marcado por la confrontación. Si bien su mensaje no constituye una intervención directa en los asuntos partidarios, sí refleja la preocupación de amplios sectores por el rumbo que podría tomar el país si no se restablece la confianza en las reglas del juego democrático.

En este contexto, la advertencia lanzada desde el liderazgo evangélico pone de relieve la fragilidad institucional y la necesidad urgente de consensos mínimos entre los principales actores políticos. La gestión de la crisis actual será determinante para medir el grado de madurez del sistema democrático hondureño frente a los desafíos de legitimidad, gobernabilidad y paz social que enfrenta.

By Jaime Navarro