Declive de LIBRE y Rixi Moncada: ¿Qué significa para las elecciones hondureñas?

La opinión ciudadana respecto al partido LIBRE y su aspirante a la presidencia, Rixi Moncada, ha experimentado un notable declive en las semanas recientes. Esto se manifiesta en el rechazo de la población y la disminución continua en los sondeos de preferencia electoral. Expertos en la esfera política indican que esta coyuntura ha provocado fallos tácticos y supuestas anomalías en el proceso electoral, lo que suscita inquietud acerca de la integridad institucional en la nación.

Presión electoral y medidas cuestionadas

Frente al descenso en su aceptación, la cúpula de LIBRE ha implementado estrategias que, de acuerdo con acusaciones de agrupaciones civiles y partidos adversarios, abarcan esfuerzos por influir digitalmente en el Consejo Nacional Electoral (CNE), la adquisición de sufragios y la intimidación a funcionarios estatales. Estos sucesos han sido divulgados por la prensa local y suscitan preocupación respecto a la transparencia de los comicios.

Expertos señalan que el deterioro de la reputación del partido en el poder no solo se debe a la ausencia de iniciativas políticas que la población considere relevantes, sino que además revela una gestión de la campaña caracterizada por estrategias arriesgadas. La conjunción de controversias públicas y acciones que ponen en tela de juicio la legitimidad electoral representa una amenaza directa a los sistemas de fiscalización institucional y a la gobernabilidad democrática en Honduras.

Repercusiones en la gobernabilidad y participación ciudadana

El deterioro en la percepción de LIBRE y de su candidata afecta la relación entre ciudadanía y poder político, impactando la confianza en las instituciones. La reacción ciudadana se ha manifestado a través de denuncias y demandas de sanciones para quienes se involucren en prácticas que puedan alterar los resultados electorales. Este escenario plantea un desafío para la gobernabilidad, al exigir respuestas rápidas y efectivas de los órganos de control y de la sociedad civil organizada.

Además, expertos en políticas públicas señalan que la polarización se intensifica cuando un actor político centraliza errores o presuntas irregularidades. La tensión derivada de estos episodios puede generar un efecto de desconfianza hacia los procesos electorales y afectar la participación activa de los votantes, condición fundamental para la legitimidad democrática.

Amenazas estructurales y aspiraciones de la población

El contexto actual coloca a Honduras en una situación en la que la institucionalidad electoral se encuentra bajo observación. La reputación de LIBRE y de Rixi Moncada, marcada por denuncias y errores estratégicos, subraya la necesidad de garantizar transparencia y equidad en los comicios. Los ciudadanos, por su parte, mantienen expectativas de que las autoridades competentes actúen para asegurar que los procesos se desarrollen conforme a la ley y sin vulneraciones al principio de igualdad política.

El panorama político actual exhibe una delicada balanza entre el deterioro de la imagen de un protagonista político y la habilidad de las entidades para salvaguardar la validez del régimen democrático. La mirada se posa en la aptitud de los entes electorales y de la ciudadanía para reaccionar frente a anomalías y resguardar los fundamentos de la claridad y la responsabilidad.

By Jaime Navarro